El mantenimiento de una vivienda puede llegar a ahorrar hasta el 40% del gasto a los 10 años. Esta actuación continuada es mejor económicamente que si sólo se actúa de manera correctiva cuando aparece la incidencia, especialmente en los edificios de más de 50 años.
Así lo han asegurado los arquitectos Jacobo Rangel y Javier Montoya de la empresa Cité, que se encarga de la inspección técnica de edificios y desarrolla el mantenimiento siguiendo una planificación en un periodo de cinco años.
Las reparaciones más habituales en los edificios de más de 50 años se centran en roturas de grupos de presión para agua potable, oxidación de barandillas y cantos de forjado debido a la humedad, humedades en plantas bajas que derivan en problemas en pilares y canalones de recogida de aguas en terrazas comunitarias.
«El 80% de las lesiones en edificios está provocada por el agua», ha afirmado Jacobo Rangel, que alerta de que en España no existe la cultura del mantenimiento de viviendas.
Según ha explicado, el propietario de un vehículo cambia los neumáticos y revisa el aceite periódicamente y esta necesidad se debe trasladar a los edificios porque «sale más barato mantener que reparar».
En Valencia, el 42% de los edificios tienen más de 50 años, un porcentaje similar al del resto de la Comunidad Valenciana, donde alrededor del 40% de los inmuebles fue construido hace medio siglo.
Los arquitectos de Cité echan en falta ordenanzas municipales que regulen el proceso de mantenimiento. Además, advierten de que a principios de 2012 entrará en vigor un real decreto por el que los municipios de más de 25.000 habitantes deberán redactar una ordenanza específica.
También reconocen que muchas comunidades de propietarios se deciden a hacer la inspección técnica del edificio un año o dos antes de que cumpla los 50 años.
Revisan el estado de la fachada, los elementos comunes, el cuadro eléctrico, el agua y se inspecciona cada casa
Una vez realizada la inspección técnica del edificio, en la que se revisan hasta cuarenta puntos vitales de la vivienda y las zonas comunes, la empresa valenciana Cité elabora una planificación de mantenimiento a cinco años, prorrogables hasta 15, en la que se emite un informe semestral.
Los propietarios cuentan con un plan de cuotas prorrateadas a cinco años que les permite conocer los gastos con antelación.
«Se crea un vínculo de confianza con los propietarios, que se sienten atendidos por un técnico», en opinión de Rangel, que considera que este servicio les convierte en «médicos de cabecera» del edificio.
Su método de trabajo consiste en revisar el estado de los revestimientos, placados y barandillas en la fachada, los elementos comunes como la cubierta, la escalera, el patio de luces, el cuadro eléctrico, la bomba de presión de agua y el sótano y se inspecciona cada vivienda.
En la vivienda se determina si la estructura está dañada, si existen roturas en los cerramientos y si hay humedades, se revisa la carpintería, el anclaje de las barandillas de los balcones y los elementos singulares como las buhardillas.
Rangel alerta de que en ocasiones las compañías de seguros dejan de prestar cobertura por una falta de mantenimiento, con lo que el propietario se encuentra con dos problemas.
El coste de una inspección técnica es de unos 54 euros por vivienda cada cinco años, mientras que el servicio de mantenimiento se mueve entre los 5 y los 12 euros de media por vivienda y mes, un precio que no incluye los costes de las posibles reparaciones
Fuente: El Mundo